Manolo Garvayo

Dibujante, pintor, escultor, poeta y tipógrafo. Gran estudioso de la historia del arte y admirador de los genios de la pintura universal, Manuel Garvayo no dejó nunca de enriquecer su espíritu y buscar nuevos horizontes. Manolo, como todos le conocían, nació el 5 de febrero de 1911 en Málaga y, al año siguiente, su familia se instaló en el popular barrio de El Perchel, donde crecería tanto personal como artísticamente.

 

En El Perchel conoció también a una joven llamada Antonia. Tenía 24 años cuando se casó y fue para Manolo una compañera excepcional en su trayectoria vital, además de la madre de sus tres hijos. Ella comentaba que cuando paseaba por la ciudad con Manolo solía llevar en algún bolsillo un bloc y un lápiz con el que abocetaba imágenes del patrimonio cultural malagueño. Estas obras conformaron sus primeras exposiciones en varios hoteles de la Costa y en la Sala Económica de Amigos del País de Málaga.

 

En 1959, el artista marchó a Madrid con una producción que expuso en la Sala Los Madrazos. Los 33 cuadros realizados eran de libre interpretación, salvo ocho de ellos dedicados íntegramente a Lorca con técnica de plumilla y acuarela. Técnicas que, junto al dibujo, marcaron el ámbito en el que desarrolló su expresión y maestría.

 

En los años sesenta el pintor continuó con su faceta de impresor en la que trabajaba desde muy joven. Pintura y artes gráficas fueron inseparables de su persona, pues la imprenta le deparó un vehículo humanístico para difundir los poemarios de muchos amigos y, más adelante, una aliada para la pintura.

 

De su faceta como tipógrafo destacó la cartelería y sus colaboraciones en libros de poemas en los que muy a menudo contribuía con sus dibujos. Cabe mencionar las esperadas felicitaciones navideñas que anualmente realizaba.

 

En torno a 1962 utilizó un nuevo medio de expresión, la xilografía. Así, editó un libro titulado Muerte de Ignacio Sánchez Mejías, Poesía Xilografiada, basadoen el poema de Federico García Lorca Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, que se imprimió en agosto de 1966.

 

Precisamente el año 1966 se mostró fructífero para el artista que, a unos meses de ver la luz su primer libro, volvió a exponer en Málaga. Esta vez lo hizo en la Sala de Exposiciones de Información y Turismo con el título Homenaje al pintor malagueño universal Pablo Ruíz Picasso al cumplir sus 85 años.

 

En los setenta el artista inició una amistad con el escultor Hamilton Reed Armstrong. Hamilton invitó al pintor a posar como modelo de cabeza y manos para una escultura de Salomón Ibn Gabirol (h.1020-h.1058), poeta y filósofo judío nacido en Málaga, ubicada en los jardines de la judería frente al Teatro Romano. El pintor aceptó encantado.

 

Garvayo cohesionó de nuevo las artes plásticas, esta vez versionando a Don Quijote. Con motivo del 354 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, ilustró un nuevo libro en diálogo con el de Henares, El Quijote y Nuestra Época. Grabados y Dibujos. El título apareció el 23 de abril de 1970 con una tirada de 200 ejemplares.

 

Más tarde, en 1974 inauguró en Verona una exposición en la Galería L’Incontro. Las expectativas del pintor se tornaron favorables y las 40 obras elaboradas se quedaron en Italia con el compromiso de futuras exposiciones. Así sucedió justo un año después, cuando de nuevo el L’Incontro acogió una serie de lienzos que el pintor realizó para la ocasión.

 

En 1979 viajó a Yugoslavia donde impartió conferencias y fue nombrado Hijo Adoptivo de Koper (Capodistria), ciudad que albergó en la Galería Loza su última exposición fuera de España.

 

Entre 1980 y 1983 se recluyó en el estudio de Callejones del Perchel para dar un empujón definitivo al que quizás fuera su proyecto artístico más ambicioso: editar una versión sui generis de la Biblia. Su trabajo en La Biblia y el Hombre lo compaginó al unísono con nuevos óleos y una nueva singladura: la escultura.

 

Manolo se fue con la primavera de 1983. Un sinfín de amigos con cartas y adhesiones se despidieron de él a través de la prensa local. En sus muestras de recuerdos sintieron unánimemente la pérdida del artista que tanto había reivindicado la memoria de El Perchel.

 

En 1984 Manuel Sánchez Vicioso, portavoz del grupo comunista en el Ayuntamiento de Málaga, presentó una moción para incoar el expediente de concesión de la Medalla de la Ciudad a Manuel Garvayo. Además, solicitó un colegio público que llevara su nombre -abre sus puertas el 1 de septiembre de 1985- y una exposición antológica. Estas iniciativas se adoptaron por acuerdo plenario de todos los grupos políticos y se adhirieron intelectuales y amigos.

 

El 10 de mayo de 1986 el alcalde de Málaga, Pedro Aparicio, concede al artista la Medalla de la Ciudad a título póstumo, recibida por su mujer, Antonia García Bello de Morales.

 

Autora del texto: Dña Mª Dolores Garvayo García